Autores venezolanos · Poesía

Antigüedad del frío – Esdras Parra

Por qué este barro no se va libremente con el viento
por esta encrucijada
en lugar de seguir con la fiesta
pero aquí está nuestro destino
en esta arcilla que baja hasta el vertedero
y toda el agua que arrastra son sus lágrimas.


Por dónde comenzar si el musgo se aferra a su terrón
           he aquí la alta proa del molino
                  cien veces triturado
y la grandeza del patio que me entrega su misterio
piedra a piedra
          como un desafío
oh angustia sumergida en el liquen
celebrada o imaginada
en su vano esplendor.


Debes escuchar el crujido de tus huesos
ellos te llevan hacia el alto mar
al zumbido de la higuera
forman el tiempo que aún permanece frío
o se adormecen despidiéndose de tu muerte única
está presente aquí el grano y la cosecha
sobre todo la inmensidad turbadora
de la piedra que nace de sí misma
hacia los años futuros.


Que emane el agua o exista lo oscuro, este dilema
atraviesa tu umbral helado o se acumula como los
días que deberías recorrer con la espalda vuelta
hacia el ocaso.
Tan pronto llega el mediodía con su doble rigor,
lo que está presente en él se agita con el último
destello. Oh, mar siempre a la defensiva de tu
laborioso corazón ardiente y apagado.


Cómo he recorrido este silencio que no retengo
Lo ofrecí al helecho, a la piedra, al arroyo,
razón por la cual aún persigo su imposible
extensión y encamino mis pasos hacia la alta lira
o al sutil desengaño. Pero debo proponerme,
para aceptar su nuevo desafío, alguna tarea
afanosa que mis dedos rechazan o buscar refugio
en la vigilia que se alza al final como
un justo consuelo.


Tomo de nuevo este hilo que me lleva
         al silencio
y me hago las mismas preguntas dentro
de la misma oscuridadal silencio
y me hago las mismas preguntas dentro
de la misma oscuridad

tomo de nuevo este enigma y abro la noche
creciente en cada sitio gota a gota
sin temor a la hostilidad de mi mudez
veo entonces cómo la tierra camina en el frío
sin saber la respuesta .


En cuanto a mi enigma, siempre ocurre lo mismo:
se erige como una interrogación
o como una oscura respuesta

los días y las noches corren sobre esta página
más preciosos que el oro
por eso insisto en la contienda
en la infundada dureza de las cosas
en vivir dispuesta para la devoción y la escena
sin excusarme ni defenderme
como cuando alguien intenta liberarse de sus redes.

Esdras Parra.
Poemas del libro Antigüedad del frío (2000).

Selección y transcripción de los poemas: Eduardo R. Blanco.


Esdras Parra.

Esdras Parra. Poeta, narradora, ensayista, traductora y dibujante venezolana. Nació en Santa Cruz de Mora, estado Mérida (Venezuela), el 13 de julio de 1929. Realizó estudios de Filosofía en la Universidad Central de Venezuela (UCV), y en Roma. Vivió en Europa durante once años, entre 1960 y 1971. Fue directora literaria de Monte Ávila Editores, coordinó Papel Literario del diario El Nacional y fue miembro fundador y jefe de redacción de la Revista Imagen.

Esdras, tenía una lúcida fascinación por el cine, además, era una ávida lectora, en especial de poesía y filosofía. Fue miembro activo del Círculo de Dibujo de Caracas durante varios años. Conocía el inglés, francés e italiano, esto, la llevo a trabajar como traductora para varias editoriales españolas y francesas, lo que le permitió viajar intermitentemente por Europa, especialmente Londres, Francia, España e Italia entre los años 1960 y 1971, también publicó diversas traducciones con la editorial Monte Ávila Editores. En general, mantuvo una constante presencia en el mundo literario a través de publicaciones periódicas y como promotora cultural. En cuanto a la política venezolana, tanto la oposición como el gobierno le merecían críticas, por la histeria informativa de unos y por la brutalidad caudillesca de los otros.

Entre 1978 y 1982, vivió en Londres con lo que le enviaba la Revista Imagen por sus colaboraciones. No era mucho, pero sí suficiente. Escribió relatos y crónicas de cine. Así vivió cuatro años en una ciudad que le hacía ilusión desde su infancia. Es en esta ciudad donde realizó su operación de reasignación de sexo. Luego, volvió a Caracas, en donde vivió hasta su muerte; trabajó en la Revista Imagen durante algún tiempo, y se desempeñó como articulista en el periódico El Nacional hasta el final de sus días. Escribió muchos ensayos, sobre todo de cine y literatura, de los cuales varios siguen inéditos. Dejó varios documentos inéditos en manos de su amigo José Napoleón Oropeza, entre ellos, dibujos, dos libros de poesía y un libro sobre crítica del arte.

Se dio a conocer con tres libros de narrativa paradigmáticos: El insurgente (1967), Por el norte el mar de las Antillas (1968) y Juego limpio (1968). Luego se dedicó exclusivamente a la poesía y el dibujo, publicando los poemarios Este suelo secreto (1995, ganador de la II Bienal de Literatura Mariano Picón Salas), Antigüedad del frío (2000) y Aún no (2004), que apareció a escasos meses de su adiós. En el año 2021, la Fundación La Poeteca publica el poemario Lo que trae el relámpago, libro que contiene los dos libros inéditos que la poeta había dejado a su amigo José Napoleón Oropeza, estos libros son Cada noche su camino (Escrito entre los años 1996 y 1997) y El extremado amor (Escrito entre los años 2002 y 2003).

Falleció en Caracas (Venezuela), el 18 de noviembre de 2004, por causa de un cáncer de garganta.

Ver en la Línea de tiempo de los poetas venezolanos.

Deja un comentario