Autores venezolanos

Estación de hoy – Reyna Rivas

Poema I

Hemos sido nosotros.
La culpa es sólo nuestra.
Quisimos esta casa
y estos muros.
Quisimos esta puerta
con su candado
y sus aldabas.

Hemos sido nosotros.
Fabricamos esta jaula,
esta opulencia
para encerrar el corazón
y el sentimiento.
Ahora ya es costumbre:
por las esquinas asoman
rostros muertos
y piden y reclaman:
¡Reyes del mundo!
¡Con qué orgullo
lleváis los oropeles!

El mendigo nos ofreció
flores… Creyó
que el mundo estaba
en tus bolsillos.
¡Cómo se abrió su párpado
cuando regó su risa,
su alegría, su luz,
su ser entero!
Y tú, sin impudor siquiera
le diste, a cambio,
unas monedas…
Yo le di mi pañuelo
y, con él, un adiós
y un «hasta luego».

Hemos sido nosotros.
Nadie nos dijo
que la casa no podía ser
de aire,
con sus muros de rama,
con su espejo de albercas
y su techo
de cielo y de luceros.
Quisimos esta:
Aquí el amor será pequeño.
Un amor nuestro por las mesas,
por la intención,
por los canceles.
Y cerrábamos puertas,
ventajas y agujeros.
Era grande la noche
y el desvelo.
La luz quedaba fuera.

Y un día, una tarde,
tal vez un mediodía,
nos quedamos ¡Ay!
tan admirados
porque la casa,
desde su propia dimensión,
crecía!
Saltaban sus orillas.
Las ventanas detenían
paisajes nunca vistos:
árboles sin edad,
bestias que se parecían a ti,
a mí y a los amigos.

La impaciencia vino:
estábamos desnudos
y temblábamos!
– ¿Quién nos da
esta hacienda?
¿Con qué manos —dijiste—
recojo esta cosecha,
esta sal y esta cebada?
La culpa es sólo nuestra.
No habíamos crecido.
¡Qué débiles las manos!
Los brazos perseguían
sus demoras de ayer,
su prisión de cal
y sus aldabas.

¡Un hombre quiere ser libre!
Digo: ¡Un Hombre!
Pido tu salvación:
tú eres el fuerte,
la semilla eres tú,
tú el heredero.
Y me quedo. Siento
que soy un árbol
y que la tierra
me planta en sus raíces.
Que me muero siento
y que le doy al viento
mi opulencia,
mi sangre y mis estragos.

Mas, tú te salvas.
De tu vida y mi muerte
tiene que levantarse
un mundo nuevo,
un hijo fuerte
que recoja este grano
y esta hierba.
Un hijo que no encierre
su amor entre paredes,
que mire el sol de frente.
—Aquí —su reino—
¿Su corona? —La espiga.
Su corazón lo tome
por bandera.
Y que sepa, al nacer,
que el amor, si no se entrega
como ley y virtud,
es un castigo.


Poema IV

Qué dura esta prisión de piel,
de lengua y de palabras.
El cuerpo no contiene el alma,
¿Quién dibujó estos istmos?
¿Quién limitó este mar?
No hay barcos, no playas,
ni arrecifes…
¿Quién inventó estos golfos,
estas islas de piel,
estas alas pr hombros?
¿Y este vuelo sin plumas
en los pies y en las manos?
¡Reminiscencias de ave!
¡Escombros!
Sed de óvulo…, crece
un nido.
El cuerpo no contiene el alma.
Prestamos el perfil,
la sonrisa y la entraña.
La salvación quisimos
en un hijo… Y lo hicimos:
un hijo que era un fruto
y mi brazo su rama.

Eternidad quisimos
en medallas de tiempo
sin edad ni memoria.
Borrar los nombres,
la exactitud del gesto,
las sombras del amor, la dimensión,
la huella…
Quedar en pie, sin consistencia,
¡vacuos!
Saber que juntoal mar
para saciar la plenitud del viento
somos estatua de agua,
rizadura de sal,
lecho violento.

Que nos crecen el sueño
y el silencio.
Que hay un nuevo compás
y una espera,
todavía sin himno
y sin bandera.

Reyna Rivas.
Poemas de Estación de hoy (1962).

Selección y transcripción de los poemas: Silvia C. Navarro.


Reyna Rivas. Fuente: Obra poética (Obra poética, Reyna Rivas – Ediciones El otro el mismo, 2004).

Reyna Rivas. Escritora venezolana, nacida en Coro (Estado Falcón, Venezuela) en 1922. Realizó estudios de Castellano en la Universidad Pedagógica de Caracas, de Filosofía en la Universidad de La Sorbona (París) y de Arte Egipcio y Arte Moderno en la Escuela del Louvre (París).

En su formación destacan igualmente estudios de música en la Escuela Superior de Música y de perfeccionamiento vocal operístico en París, Roma, Siena (Academia Chigiana).

Como poeta Reyna Rivas ha publicado Seis prosas (París); Hôtes de la mémoire (París); Huéspedes de la memoria (París); A la orilla del tiempo (Milán); Diálogos con la piedra (París); Estación de hoy (México); Palabra y Poesía (Universidad Central de Venezuela); Memorables (Caracas); Elegía (Caracas); Sueño de la palabra (Caracas); En memoria (Caracas) e Infinitos verbales (Caracas). Su obra poética se reunió en el libro Obra poética (Ediciones El otro el mismo, 2004).

También destacan en su biografía libros de cuentos para niños basados en el folclore venezolano y varios ensayos sobre arte. Más de trescientos artículos publicados en medios locales y en algunos del extranjero sintetizan su quehacer periodístico.

Han escrito sobre su obra, María Zambrano, Ernesto Mayz Vallenilla, Pierre Seghers, entre otras relevantes pensadores y escritores.

Durante varios años ejerció la docencia (Castellano, Literatura y Filosofía), y la enseñanza del canto lírico.

Entre los proyectos de orden cultural que ha alcanzado a realizar destacan el Museo Pedagógico (Consucre), las Artes Plásticas Venezolanas en sus Voces (Consucre), la Sociedad de Amigos del Museo de Bellas Artes, el Catálogo General de la Obra de Armando Barrios (1930 a 1999), junto con Miguel Barrios, y la Revista Visual del Museo de Bellas Artes, entre otros.

Fue merecedora del Premio Panamericano (Ensayo). Recibió el Premio Interamericano (Poesía) y la mención honorífica en poesía por Sueño de la Palabra, de la Universidad Rómulo Gallegos (San Juan de los Morros). Le fueron impuestos la Medalla y el botón de honor de la Universidad de Coro.

Murió en el año 2011.

Fuente: Obra poética, Reyna Rivas.

Ver en la Línea de tiempo de los poetas venezolanos.

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